Mientras muchas ciudades costeras enfrentan un crecimiento descontrolado hacia sus periferias —con la pérdida de bosques, la presión sobre playas y un progresivo abandono de sus centros urbanos—, Mar del Plata apuesta a un modelo de desarrollo sostenible, basado en la inversión, la recuperación patrimonial y la planificación a largo plazo.
En los últimos años, la ciudad ha impulsado obras estratégicas de puesta en valor que abarcan desde la Rambla y el frente costero hasta el microcentro, plazas y espacios públicos históricos. Estas intervenciones no solo buscan preservar la identidad arquitectónica y cultural, sino también generar empleo local, atraer turismo e impulsar la economía urbana.
A diferencia de otras localidades donde el crecimiento horizontal avanza sobre áreas naturales, Mar del Plata promueve una renovación hacia adentro, aprovechando su infraestructura existente y priorizando la calidad del espacio público. Este enfoque permite mantener el equilibrio ambiental, reducir la expansión sin control y consolidar un perfil urbano moderno, activo y sostenible.
Con su combinación de historia, desarrollo y planificación, Mar del Plata vuelve a demostrar que el progreso puede darse sin perder la identidad ni el paisaje que la hicieron “La Feliz”.


