El incidente con un carguero que transportaba 33 mil toneladas de trigo encendió las alarmas en la comunidad. Concejales, vecinos y sectores políticos apuntan al consorcio portuario y a la falta de inversiones prometidas.
El puerto de San Pedro atraviesa días de tensión luego de que el buque YASA TOKIO quedara varado en el muelle local. El episodio, que afectó a una embarcación cargada con 33 mil toneladas de trigo, abrió una serie de cuestionamientos sobre la infraestructura portuaria y el manejo del consorcio concesionario.
El concejal Martín Rivas fue el primero en llevar el tema al Concejo Deliberante. Allí pidió que el intendente Cecilio Salazar y el titular del consorcio, Fernando Casini, brinden explicaciones sobre lo ocurrido y sobre el estado actual del puerto.
Ante los concejales, Casini argumentó que el episodio fue “un hecho de fuerza mayor” y aseguró que el consorcio había realizado las tareas habituales de mantenimiento, incluyendo dragados. Así lo consignó La Opinión en su cobertura: “Buque varado: Casini respondió preguntas en el Concejo Deliberante y aseguró que la temporada está salvada”. Sin embargo, sus declaraciones transmitieron la idea de una gestión más reactiva que preventiva, lo que terminó profundizando las críticas hacia su conducción.
La controversia también reavivó viejas dudas sobre los fondos destinados a obras. Durante la gestión del gobernador Axel Kicillof, se anunciaron más de 500 millones de pesos para mejoras portuarias que nunca se concretaron. Incluso, el ex titular del Ente, Emiliano Almada, había prometido con gran expectativa proyectos que finalmente quedaron en el camino.
En este contexto, crece la preocupación por el futuro del puerto y por el impacto que la falta de inversiones podría tener en las fuentes laborales locales. “¿Cuándo llegarán las obras necesarias? ¿Qué nivel de transparencia tiene la actual gestión? ¿Están en riesgo los empleos?”, son algunas de las preguntas que circulan hoy en San Pedro, mientras el puerto sigue en el centro de la tormenta.
